Voces Silenciadas: La Espera de las 275 Auxiliares Administrativos de IES e IESO de la Junta de Extremadura
Este relato novelado se basa en una solicitud real, fechada el 20 de septiembre de 2024, con el asunto: "Solicitud de información sobre las propuestas realizadas el 23/04/2022", registrada con referencia ENT20240614449 y presentada al Director General de la Función Pública de la Junta de Extremadura.
El 20 de septiembre de 2024, un aire de frustración y resignación envolvía a las 275 Auxiliares Administrativos que prestaban servicios en los Institutos de Educación Secundaria (IES) e Institutos de Educación Secundaria Obligatoria (IESO) de la Junta de Extremadura. Habían transcurrido más de dos años desde que presentaron una solicitud formal a la Consejería de Hacienda y Administración Pública, una petición que contenía propuestas clave para mejorar la administración pública. El 23 de abril de 2022 había sido un día decisivo, en el que este colectivo alzó la voz en busca de cambios significativos. Sin embargo, la espera se había convertido en un calvario interminable.
Las Auxiliares Administrativos recordaban con claridad el momento en que redactaron su propuesta. Con cada palabra, sentían que estaban construyendo un camino hacia un futuro más eficiente y moderno para la administración regional. Habían propuesto la reclasificación del Grupo C2 al Grupo C1, una medida que aliviaría la carga burocrática sobre los docentes y permitiría una mejor gestión administrativa. También habían sugerido la creación de módulos de formación profesional para los empleados públicos, una idea que podría transformar las capacidades del personal administrativo. Pero la respuesta seguía siendo un eco distante, a pesar de sus esfuerzos y del respaldo recibido.
En la anterior legislatura, el Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea de Extremadura, ahora en el gobierno de la región, pedía en la enmienda de adición con número de registro 202200026481 de 17/11/2022, "una adecuación de sus funciones y una reclasificación profesional ante las que la Administración no puede permanecer indiferente, por lo que consideramos necesario iniciar este proceso de actualización y reclasificación profesional en el ámbito de la Comunidad Autónoma".
Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años. Cada vez que revisaban su correo electrónico, una mezcla de esperanza y desasosiego invadía al colectivo. Se preguntaban si su solicitud había sido leída o si simplemente se había perdido entre los laberintos administrativos. La falta de respuesta era un recordatorio constante de cómo la burocracia podía aplastar las aspiraciones de mejora y cambio. La promesa del programa "Habla Extremadura", que prometía integrar a los ciudadanos y empleados públicos en la gestión gubernamental, parecía una ilusión lejana. ¿Por qué no se aplicaba a esta situación? ¿Por qué estas propuestas colectivas no estaban siendo consideradas?
La frustración se intensificaba cuando veían que otros programas, como "Habla Educa-Acción", estaban recibiendo atención inmediata y recursos significativos. Mientras tanto, ellas seguían esperando una respuesta sobre sus propuestas. Se preguntaban si había algo intrínseco en su solicitud que no habían logrado comunicar adecuadamente o si simplemente eran víctimas del desinterés administrativo. La sensación de ser ignoradas se convirtió en una carga pesada sobre sus hombros.
Finalmente, decidieron escribir nuevamente a la Dirección General de Función Pública. Con determinación, redactaron una carta solicitando información sobre el estado de su petición original. En su misiva, recordaron las propuestas clave: la necesidad urgente de reclasificación, la importancia de ofrecer formación adecuada a los empleados públicos y el reconocimiento del trabajo realizado por quienes ocupan puestos administrativos. "Es hora de actuar", pensaron mientras enviaban el mensaje. La espera había sido demasiado larga.
A medida que los días se convertían en semanas, la ansiedad crecía. Cada mañana, revisaban su correo corporativo con la esperanza de encontrar una respuesta a su solicitud. Sin embargo, el silencio administrativo era ensordecedor. La falta de comunicación se sentía como una sombra que se alargaba sobre sus esfuerzos. Las promesas del programa "Habla Extremadura" parecieron desvanecerse en el aire, dejando a las Auxiliares Administrativos con la sensación de que sus voces habían sido ignoradas. La frustración se mezclaba con la determinación de seguir luchando por un cambio que consideraban urgente y necesario.
Mientras reflexionaban sobre lo ocurrido, el colectivo comprendió que su lucha no era solo por ellas mismas; era por todas aquellas Auxiliares Administrativos atrapadas en el mismo ciclo burocrático. Su deseo de ver implementadas las propuestas no solo beneficiaría a unas pocas; tenía el potencial de transformar toda la administración pública en Extremadura. Era un cambio necesario para modernizar el funcionamiento de la administración regional, contando y valorando a sus recursos humanos.
La historia del programa "Habla Extremadura" resonaba en sus mentes como un eco persistente. Había sido concebido como un espacio donde los ciudadanos pudieran participar activamente en la gestión gubernamental; sin embargo, para estas trabajadoras, parecía más bien un eslogan vacío. "¿Por qué no se aplica este enfoque participativo a nuestra situación?", se preguntaron con amargura. La falta de acción sobre sus propuestas era un reflejo claro del desinterés por parte de quienes tenían el poder para hacer cambios significativos.
Con el paso del tiempo, estas Auxiliares Administrativos decidieron no rendirse ante la burocracia ni dejarse vencer por la frustración. Se comprometieron a seguir luchando por sus propuestas y por todas aquellas compañeras que habían estado esperando cambios similares durante años. Sabían que cada pequeño esfuerzo contaba y que incluso las voces individuales podían resonar en el vasto espacio administrativo.
A medida que pasaban los días y continuaban esperando respuestas sobre sus propuestas del 23/04/2022, el grupo encontró consuelo en la idea de que su lucha era parte de algo más grande: una búsqueda colectiva por una administración más eficiente y moderna en Extremadura. Con esa determinación renovada, comenzaron a planear cómo podrían movilizar a otras auxiliares administrativas para hacer oír sus voces juntas.
La espera había sido larga y dolorosa, pero estaban decididas a convertirla en acción concreta. Con cada paso hacia adelante, sabían que estaban construyendo un futuro mejor para todas aquellas personas que compartían sus aspiraciones; un futuro donde el programa "Habla Extremadura" no solo fuera un lema político sino una realidad palpable para todos los ciudadanos.